Crónicas Misioneras

La buena semilla 

Parábola del sembrador

El Señor Jesús nos relata maravillosas historias mediante parábolas. Nos enseña a sembrar, sobre las semillas y sobre los resultados que tendrá. También dice que al final, en la cosecha, premiara a cada uno de acuerdo a su obra.

1 Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.

2 Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.

3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.

4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.

5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;

6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.

7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.

8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.

9 El que tiene oídos para oír, oiga.

18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:

19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.

20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;

21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.

22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

Mateo 13:1 -23

La semilla es la Palabra de Dios

Las primeras palabras, los primeros mandamientos de Dios fueron para Adán y Eva. Dios les hablaba directamente, estaba junto a ellos, los visitaba. Esas palabras en el Jardín de Edén Adán no atendió y vino el malo y las arrebata y no dio ningún resultado.

Luego vinieron las palabras en forma de mandamientos, escritos en piedras, que no pueden echar raíces y producir porque no tienen profundidad, se da a conocer los requerimientos sagrados y expone lo que es pecado, pero no puede salvar, ni dar resultados.

Luego vino la Palabra al pueblo hebreo. Los judíos únicamente querían un rey, el poder y las riquezas de este mundo en ese momento. No aceptaron un Mesías manso y humilde y le rechazaron, le pusieron una corona de espinas. La palabra fue ahogada por los afanes de la vida, "A los suyos vino, y los suyos no le recibieron..." Juan 1.11

Pero dijo el Señor "Así será mi palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para lo cual la envié" Isaias 55:11.

En la predicación de las buenas nuevas el Señor inicio con doce discípulos, hoy podemos decir que el evangelio ha llegado a todos los países del mundo, muchos lo rechazaron, pero ya todos han conocido el mensaje de salvación.

Hoy ya nos preguntamos ¿donde estas Señor, cuando regresaras? Pero Dios es misericordioso. Es paciente para con todos. Esperemos el cumplimiento de Daniel 12.10 que dice, "...Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados"; aun para esto hay tiempo.

Vemos así como es su corazón amoroso y amable, dio todo lo que tenia a la humanidad, y aun espera que todos se vuelvan a El.

Dios no tiene apuro, pues todo esta bajo su control, deberían apurarse los malvados, aquellos que hacen maldad, pues a ellos se les esta terminando el tiempo.

En cuanto a nosotros esperemos para cuando regrese para oír sus dulces palabras:

"Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré..."

Mat. 25:23

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