¿A quien iremos?

Jesús predicaba, liberaba y sanaba a los enfermos. Con el milagro de la multiplicación de los panes y peces alimento a una multitud de personas. Ahora lo buscaban para hacerlo rey. 


   Parte 1

El milagro de la multiplicación

Jesús recibe la noticia de la muerte de Juan el bautista 

(Mateo 14:13)

Triste noticia los discípulos de Juan deben llevar al Señor. Corren y le dicen que ha sido ejecutado. Juan ya está muerto

El Señor, pide una barca y se dirige a un lugar alejado. Una gran  tristeza lo invade por la muerte del profeta, su primo Juan, un hombre que daba testimonio de Dios, que ahora había caído.

Se retira a meditar y pensar, seguramente en las maldades que hay en el mundo y el hombre.

"Y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre." Juan. 2: 25

Enterada la gente hacia donde había ido le siguieron, quien al ver esa multitud se conmovió. 

Eran multitudes que andaban como ovejas sin pastor. Entonces se acercó y les enseñaba, los libraba de los malos espíritus y los sanaba de sus enfermedades.

En el estado en que se encontraba, luego de la muerte de un ser querido, tenía fuerzas para compartir palabras de vida y hacer muchos milagros.

Pasadas las horas se hizo tarde. Los apóstoles le pidieron que despida a la muchedumbre, para ir a comprar comida pues en ese lugar era difícil conseguir algún alimento, y más para tanta cantidad de gente.

Jesús les habla y contesta:. "Denle de comer ustedes."

Los apóstoles, sorprendidos por esto, explican que mucho va costar alimentar a tantos, más cuando lo único que habían conseguido eran 5 panes y 2 peces.

Jesús sabía la respuesta. Pero quería saber lo qué dirían delante de ese problema de alimentar a la gran multitud.

Jesús alimenta a los cinco mil (Mateo 14:14 al 21)

Era acuciante y fresco el recuerdo de la muerte de Juan pero allí estaba Dios el Padre exponiendo frente a su Hijo y sus discípulos los planes que tenía para su pueblo Israel.

Pidió Jesús los panes y peces, agradecieron y partieron y repartieron para todos, alcanzando y aún ¡Ha sobrado doce cestas llenas!

Como relata Mateo:

"Al oírlo, Jesús se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado. Cuando las multitudes oyeron esto, lo siguieron a pie desde las ciudades. Cuando Jesús salió, vio la gran multitud y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que entre ellos estaban enfermos. Al atardecer, sus discípulos se acercaron a él y le dijeron:

-El lugar es desierto, y la hora ya avanzada. Despide a la gente para que vayan a las aldeas y compren para sí algo de comer.

Pero Jesús les dijo:

-No tienen necesidad de irse. Denles ustedes de comer.

Entonces ellos dijeron:

-No tenemos aquí sino cinco panes y dos pescados.

Él les dijo:

-Tráiganmelos acá.

Luego mandó que la gente se recostara sobre la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados y, alzando los ojos al cielo, los bendijo. Después de partirlos, dio los panes a sus discípulos, y ellos a la gente. Todos comieron y se saciaron, y se recogieron doce canastas llenas de lo que sobró de los pedazos. Los que comieron eran como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños." Mateo 14:13 al 21


Pero esta multitud ahora quería más, deseaban que Jesús se convierta en el rey de Israel. 

El milagro demostraba la generosidad, su bondad. Su significado, que ahora brillaba con claridad, de gran trascendencia para ese día y para la toda eternidad.

El pan de vida tendría que de ser partido y repartido y aun alcanzaría para las doce tribus de Israel. Ese era el plan de Dios y Jesús entendió claramente para qué había venido al mundo.

Parte 2 

Jesús rechaza ser proclamado rey 

(Juan 6:15)

El Señor después regresa a casa, a Capernaum, donde había decidido residir sus últimos años.

Al otro día comienza nuevamente a llegar muchísima gente. Personas llegaban caminando o en barcos, se acercaban a esa ciudad costera del Mar de Galilea. Comenzaban a reunirse nuevamente buscando a Jesús.

Pero esta multitud ahora quería más, deseaban que Jesús se convierta en el rey de Israel.

" Cuando lo hallaron al otro lado del mar, le preguntaron:

-Rabí, ¿cuándo llegaste acá?

-Rabí, ¿cuándo llegaste acá?

Jesús les respondió diciendo:

-De cierto, de cierto les digo que me buscan, no porque han visto las señales sino porque comieron de los panes y se saciaron. Trabajen, no por la comida que perece sino por la comida que permanece para vida eterna que el Hijo del Hombre les dará; porque en este, Dios el Padre ha puesto su sello.

Entonces le dijeron:

-¿Qué haremos para realizar las obras de Dios?

Respondió Jesús y les dijo:

-Esta es la obra de Dios: que crean en aquel que él ha enviado. Juan 6:25-29

Vuestros pensamientos no son mis pensamientos

Motivos suficientes para asumir el reino había. En primer lugar  tendría la oportunidad de la venganza contra Herodes que había asesinado recientemente a Juan.

Podría derrotar los  oponentes que eran los escribas, fariseos y los herodianos, que continuamente le espiaban y le perseguían para acusarle.

Podría liberar a Israel de los invasores romanos, cambiar luego a los fariseos por sus discípulos, asegurar el cumplimiento de la ley y dar legitimidad al ocupar el trono, con aplicación de la misma Palabra de Dios.

Pero los planes de Dios el Padre eran distintos, eran otros y Jesús  sabía.

¿Por Qué aún no era el tiempo? Como  le dijo a María en ocasión de las bodas de Caná cuando faltaba el vino:

"Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora." Juan 2:4

Repitió insistentemente muchas veces delante de sus discípulos y en cada ocasión cuando hacía milagros.

No era el tiempo de Jesús como rey, Dios enseña y da a entender en la multiplicación de los panes y peces. Para que el pan de vida alcanzase, primero debía entregar su vida por todos.

Jesús explica que el pan que cayó del cielo en el desierto, fue algo pasajero, y que ahora estaba ahí en forma personal, les dijo "Yo soy el pan y la vida."

Y los hebreos no quisieron. Se alejaron airados. Esperaban un rey y riquezas para ese momento, y que los alimente todos los día. Querían libertad y sanidad, quien los cuidará y les diera el alimento y en esta ocasión.

"Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él." 

Pero el plan de Dios no esta basado en lo efímero y temporal, como  un plato de comida para hoy. Sus planes siempre son eternos, quería una libertad muy superior. En primer lugar deseaba liberarnos de un enemigo superior, como lo  es el pecado que nos rodea, del mal invisible que nos tienta y de la muerte eterna a la que estábamos condenados.

Por eso Jesús conociendo los planes de Dios, eligió ese camino y rechazó a la propuesta de sus hermanos.

Y muchos se fueron y dejaron de seguir a Jesús.

Fue rechazado por su pueblo, por sus hermanos, y aun más, después le crucificaron en una cruz, y le dieron muerte.

"A los suyos vino y los suyos no le recibieron...".                                 Juan 1:11

Jesús pregunta a los que no se fueron y se quedaron con él, también estaban sus discípulos:

"Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?

Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente."

Juan 6:67-69


Arturo Krieger para cronicasmisioneras@gmail.com - 2021

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